miércoles, 20 de abril de 2011

El ingenio azucarero (¡Salmuera!)


Como decía el bueno de Godard, hay frases muy fuertes como la de no saber de qué manera referirse a un judío, ya que no se puede decir más judío, pero tampoco ninguna otra cosa.



Por HELIO FORNARI

Viene a cuento porque, dándole la espalda al diario, la pregunta que se nos ocurre es: ¿cómo se le dirá a la sal dentro de unos años, cuando ya nadie recuerde su nombre ni sus tres letras? Resulta que un diputado quiere prohibir la sal en los restaurantes de Buenos Aires.
Lo leemos y lo vemos por la tele y en ese momento pensamos que la campaña ”Salmuera” es medio rara. Rara, de cuando raro se emparenta con exótico y lo exótico, se sabe, es el rascacielos de la frivolidad.
Raro porque si sos Cormillot todo bien, pero si te llamás –a ver, esperá–, si te llamás Aldo Mensi, y ese nombre no es sueco ni noruego y te querés ocupar  de la sal en las mesas de lo bares y restoranes, es porque el paisaje alimentario debería estar satisfecho y pipón, pero (peeeeero) resulta que consultás unas páginas especializadas y todavía hay nenes argentinos que mueren de desnutrición, entonces tamaña muestra de urbanidad y buenas costumbres es más snob que todo el BAFICI junto.
Mejor pensar que Mensi y su iniciativa menos polémica que absurda apunta a un lobby de las azucareras que, pobrecitas, ya endulzan poco y nada las mesas argentinas. ¿Una cuestión de celos? Claro: si desaparece el azúcar, que la sal no sale, como dijo y cantó (porque alguna vez cantaba) Charly García.
La propuesta busca evitar los saleros, sobres y/o cualquier adminículo que contenga cloruro sódico y la multa, en caso de detectar este soluble en agua, llegaría a la clausura de los locales (!!??).
Mejor tratemos de aportarle malicia a la cosa y pensar que Mensi trabaja para potenciar el mentado ingenio azucarero. ¿Por qué no? Si Macri contrata a Durán Barba, un buen día las azucareras celosas, más celosas que las estrellas de ”El día que me quieras”, confiaron toda su tradición condimentaria a un creativo de la UCR, en este caso un legislador.
No se rían: sería (más) lógico, piénsenlo bien. El azúcar viene perdiendo hace rato con tanta campaña en contra de la obesidad.
Si sólo ”Cuestión de peso” tiene entre ocho y diez puntos de rating, ¿cuántas personas le estarán diciendo no al azúcar y a la grasas saturadas? Mientras escribimos esto es triste pensar en el futuro de la mesa familiar.
Y no queremos ni imaginarnos el destino de los bazares donde ya se deben estar preguntando si después vendrán por las yerberas.
Una encuesta al paso: ¿prefieren que sigamos adelante con el presunto boicot de las azcuareras o quieren que re- Cuarto Creciente 18/4 25/4 La Luna visemos el significado de la palabra legislador?

Nadie le tiene miedo al rock

A) Es un lindo título y mucho más lindas son esas historias que te cuentan los muchachos de antes que no usaban gomina y se dejaban las mechas y tocaban en escenaritos y los llevaban presos (presos, debería ir entre comillas).





Por POR HELIO FORNARI

El rock, en la Argentina, siempre estuvo ligado a los gobiernos militares y si hay algo que le debe doler al movimiento nacional y popular, Bebe, es que nunca hubo mártires.
En tiempos de Onganía, no debemos imaginarlo urdiendo un plan siniestro alrededor del asunto, pero si es lícito, aunque infrecuente, creer que había que legitimar una (otra) juventud rebelde, muy distinta a la del pelo corto que militaba en las universidades.
Nada, Bebe, no podemos pensar que los milicos conjeturaron este plan, pero la transnacionalización cultural hace su trabajo de una manera extraña.
En Estados Unidos, los hippies aparecían como una fisura en el sistema permitiendo creer el ideario democrático. Pasa que el teléfono descompuesto de la exportación llegaba a este puerto con un mensaje un poquitín distorsionado.
En la primera horneada del rock, Vox Dei hacía un discazo que se llamaba ”La Biblia” refugiado en la Iglesia o, como dijo hace poco Ricardo Soulé, con el consentimiento del cardenal no sé cuánto.
B) Dicen que el otro día, cuando los U2 estaban en Ezeiza rumbo a Brasil, uno de los publicistas de la banda ya le daba letra a Bono (social). 1) Bossa Nova, 2) Favela, 3) Garota de Ipanema.
Tips de corrección política cuando ya nada queda librado a la improvisación, o mejor dicho, al rock. ¿Quién le tiene miedo al rock si hay un Pepsi Music, un Personal Fest y si el líder de la banda universal utiliza su moderno púlpito para pedirnos que no nos olvidemos de Cerati? Y después alguien le sopla León Gieco y el dirá ”Laion” y después se lo escuche canturreando ”Gracias a la Vida”… Está bien, Bebe, pero qué se puede esperar de un grupo de rock cristiano.
Es el amor pulcro de Facebook, el del teatro de sentimientos y urbanidades por default. Qué fácil parece ahora que Facebook te hace el laburo sucio de besar y saludar a gente que ni siquiera conoces.Hay que sospechar de tanta bulimia de cariño y de tanto compromiso. Sí, es una orden.
C) Litto Nebbia, padre, fundador si los hubo, te mira a los ojos y te dice que el único compromiso del rock fue estético. Y te habla con retraimiento y pudor, con el corazón de Fito en la mano y sin nostalgia por la melena perdida. Las razzias eran la forma de refrendar la rebeldía. Lo suspira en una oficina de Melopea.
En Estado Unidos, Elvis fue un conscripto disciplinado y festivo para las tropas que estuvieron en Vitnam y acá, cuando se prohibió la difusión radial de la música en inglés (affaire Malvinas), creció una industria del rock nacional, aparecieron sellos discográficos interesados y en los medios se preparaban la Rock&Pop y los suplementos juveniles de los diarios.
Pero se nos acaban las líneas y mejor un final con el recuerdo presente de las garras menos afiladas que esculpidas del Cirque du U2.

Nos declaramos marxistas (elogio del extra)

Si la cultura y la sociedad se encaminan hacia eso que se llama socialismo, se corre el riesgo de perder la personalidad y es lo que le debe estar doliendo a Jorge Lanata cuando dice que es liberal de izquierda.



Por Por Helio Fornari

Pero esta nota, Jorge, pasa por otro lado. Nombrarte sólo es una manera de atrapar al lector en el primer párrafo. Hasta acá llegamos. Seguiríamos, pero en un relevamiento hecho en Las Lomitas, nos dijeron que de una lista de gordos odiados, saldrías primero; y en otra de barbudos odiados, también.
Y no pasamos al rubro ”periodistas odiados” porque hoy en día no mucha gente debe saber lo que quiere decir periodista, especie cuya existencia está seriamente comprometida. Esto va por el lado del anonimato. De ese anonimato que sugiere libertad, autonomía, tal vez liberación.
El que tenía nuestra querida Milagros Oreja hasta hace dos semanas, cuando se convirtió en la cara de nuestro canal de tele- Por Helio Fornari nadalaunion.blogspot.com visión y ya no puede cruzar tranquila la Plaza Grigera.
(El problema, esto es de la Sarlo, es que el inconsciente tiene el hábito de revelarse por las tardes, y son las 18.22). Pero en realidad queríamos decir que la señora Jennifer Bobart Gould, alguna vez la esposa del actor Elliot Gould, estaba en una fiesta y no conocía a nadie. Solita y su alma en un rincón, sonriendo como una geisha japonesa y sorbiendo de una copa de champán. Groucho Marx, gentilhombre y anfitrión de casas propias y ajenas, se acercó a la mujer de su amigo y le ofreció presentarle gente.
Era una de esas fiestas de Beverly Hills y Groucho la condujo ante una parejita: ”Te presento a Mr. y Mrs. Smith”. Caminaron hasta la pareja siguiente: ”Te presento a Mr. y Mrs. Smith”.
Con la tercera: ”Quiero presentarte a Mr. y Mrs. Smith”. Su aconcagua marxista reducía a todos a la categoría de Smiths. ¿Te gustó, Jorge, no es cierto? Sin embargo, nos importa el anonimato de bajo fondo –con o sin Santaolalla-. El anonimato como caricia y demostración de amor.
El que no nos permita, por dios, ser liberales de izquierda como le gusta a Lanata. Si la cosa va hacia el cielo, hacia lo primero, hacia el hombre, hacia el individuo, entonces ganarían los Lanatas.
Por eso, desde estas líneas rogamos a todos los regristros civiles que sólo autoricen los nombres masculinos como Carlos, Pedro y Juan. Rusticidad y lugar común, algo que debería leerse como una asistencia mecánica por anticipado. Nada serio, Jorge, aprendimos de Bill Gates: internet y la coraza de la identidad.
Esa clase de anonimato duro que nos permita la posibilidad de perder el soporte físico. Y llegará el día en que te griten: ”Da la cara, cagón” y ese día vos podrás responder sin miedo: ”No tengo”.
Pero para eso falta. Primero es necesario pasar por la existencia pacífica del extra. ¿Alguna ves te diste la vuelta a ver un extra? ¿Conocés algún extra que haya firmado autógrafos?